Historia de las cuevas en Guadix


La cueva se ha venido utilizando desde los albores de la humanidad por grupos de población que aprovechaban las condiciones del medio natural en el que directamente excavaban su vivienda. En Andalucía, dejando al margen los vestigios de culturas ancestrales que utilizaban las cuevas como vivienda en el Neolítico, es, desde finales del siglo XV, cuando empiezan las referencias a casas cuevas habitadas.

A lo largo de la Edad Moderna van aumentando las referencias a cuevas habitadas. Especial incidencia para la extensión de este tipo de hábitat parece que tuvo la expulsión de los moriscos del reino de Granada, acaecida en el último tercio del Siglo XVI, tras la rebelión de Abén Humeya del año 1569.

Más adelante, el crecimiento de las casas cuevas está en relación con el incremento experimentado por la población, el aumento de demandas de viviendas y la extensión de la pobreza que afecta a sus habitantes. Complementariamente se valoran las ventajas comparativas que las casas cuevas presentan respecto a otros tipos de infravivienda.

En la segunda mitad del siglo XX, especialmente desde 1960, se inicia el declive de la cueva en toda la provincia Granada, que va siendo sustituida por la casa como vivienda. Las cuevas se van quedando rezagadas, se van considerando cada vez más como infraviviendas, que progresivamente se van abandonando y son sustituidas por casas. Sin embargo cabe destacar la alta representación porcentual que este tipo de vivienda sigue manteniendo en estos años en municipios como Cortes y Graena, Benalúa de Guadix, Castilléjar y Fonelas.

En los últimos veinte años se ha dado un salto impresionante en el acondicionamiento de estas viviendas como resultado por una parte de la convergencia de la percepción positiva que de ellas tiene la población y por otra, de la política al respecto desarrollada por los poderes públicos, complementada con la inversión en casas cuevas por parte de la iniciativa privada. Este tipo de reacondicionamiento de la cueva, a cargo de los propios propietarios, está muy presente en los diferentes municipios trogloditas, siendo una muestra clara del valor que la población da a la cueva, considerada como parte del patrimonio arquitectónico y residencial.

En consecuencia se ha revalorizado el uso residencial de la cueva, de modo que se ha producido el tránsito de la consideración de infravivienda a vivienda bioclimática, perfectamente acondicionada y de futuro. Entre sus mayores ventajas la población demandante destaca el ahorro energético y las condiciones de isotermia que permite disfrutar, ya que el interior de la vivienda mantiene temperaturas medias de entre 18 y 20 º, a pesar de que en el exterior puedan encontrarse temperaturas máximas en torno a los 40º o mínimas invernales en torno a 0º.

Junto al uso residencial tradicional se está impulsando en los últimos años el aprovechamiento turístico de las casas cuevas, dentro de los programas de desarrollo rural, de diversificación económica y promoción turística. En la actualidad existen centros hoteleros ubicados en cuevas en casi todos los municipios trogloditas de la provincia de Granada, entre los que cabe destacar a Cortes y Graena, Baza, Guadix, Freila, Galera, Castilléjar, Benalúa de Guadix, Cortes de Baza, Alcudia de Guadix, Cuevas del Campo y también Granada capital. En un principio la rehabilitación para uso turístico la protagonizaron en gran medida promotores extranjeros, a las que cada vez se han ido añadiendo más y más inversores de diferente procedencia, también autóctona

Están organizados en pequeños complejos hoteleros que cuentan con todos los servicios correspondientes a un hotel de alta categoría y algunos de ellos cuentan, complementariamente, con instalaciones para la celebración de reuniones o congresos es decir, pretenden captar un abanico amplio de demanda potencial turística.

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